Publicado el marzo 15, 2024

La seguridad en pruebas radiológicas no consiste en evitarlas, sino en gestionarlas activamente como un socio informado en su cuidado médico.

  • El riesgo real de una prueba justificada es mínimo comparado con el inmenso beneficio de un diagnóstico preciso y a tiempo.
  • El concepto de «pasaporte radiológico» le empodera para colaborar con su médico, optimizar dosis y evitar exploraciones repetidas e innecesarias.

Recomendación: Su papel es esencial. Documente su historial de pruebas y pregunte siempre: «¿Es esta exploración realmente necesaria y está optimizada para mi caso? ¿Existen alternativas sin radiación?».

Como paciente con una condición crónica, es probable que la sala de espera de radiología le resulte familiar. Con cada nueva petición para una radiografía o, especialmente, un TAC, surge una pregunta inevitable y cargada de ansiedad: «¿Tanta radiación no será peligrosa? ¿Estoy acumulando un riesgo para el futuro?». Esta preocupación es legítima y merece una respuesta clara, más allá del típico «no se preocupe» o «su médico sabe lo que hace». El miedo a la radiación es real, alimentado por informaciones a menudo descontextualizadas que se centran únicamente en los posibles peligros sin ponderar el beneficio.

La sabiduría popular nos dice que debemos evitar la radiación a toda costa. Sin embargo, la realidad de la medicina moderna y el seguimiento de patologías complejas hace que las pruebas de imagen sean indispensables. Pero, ¿y si el enfoque no fuera el miedo a la acumulación, sino la gestión inteligente de la exposición? ¿Y si la clave no estuviera en rechazar pruebas, sino en convertirse en un participante activo y corresponsable de su propia seguridad radiológica? Este es el cambio de paradigma que, como radiofísico hospitalario, considero fundamental.

Este artículo no es una simple lista de dosis. Es una guía para entender el verdadero balance entre riesgo y beneficio. Le proporcionaremos las herramientas para dialogar con su equipo médico, no desde el temor, sino desde el conocimiento. Exploraremos las dosis de radiación con ejemplos tangibles, desmitificaremos los riesgos en situaciones especiales como el embarazo, y le mostraremos cómo las alternativas como la ecografía y la resonancia son sus grandes aliadas. Finalmente, le daremos un plan de acción para que pueda construir y gestionar su propio historial radiológico, transformando la incertidumbre en control y confianza.

Para navegar esta información de manera estructurada, hemos organizado el contenido en secciones clave que abordan sus preocupaciones más frecuentes. A continuación, encontrará un resumen de los temas que trataremos en profundidad.

Una placa de tórax vs un TAC: equivalencias de radiación explicadas con ejemplos de la vida real

Para gestionar el riesgo, primero hay que entenderlo en su justa medida. Hablar de milisieverts (mSv), la unidad de dosis de radiación, puede resultar abstracto. Pongámoslo en perspectiva. Todos estamos expuestos a una radiación de fondo natural, proveniente del cosmos y de la propia Tierra. En España, esta dosis varía geográficamente; por ejemplo, los habitantes de Pontevedra reciben de forma natural cerca de 1,45 mSv al año, mientras que los de Murcia reciben 0,48 mSv/año. Esta radiación natural es una referencia excelente para contextualizar las dosis médicas.

Una simple radiografía de tórax, una de las pruebas más comunes, expone a un paciente a unos 0.1 mSv. Esto equivale a la radiación natural que recibiría en unos 10 días, o la dosis de un vuelo transatlántico. Es una cantidad muy pequeña. El salto cuantitativo se produce con la Tomografía Axial Computarizada (TAC o TC). Un TAC abdominal supone unos 10 mSv, lo que equivale a 100 radiografías de tórax o a varios años de radiación de fondo natural. Esta cifra puede parecer alarmante, pero es crucial entender el porqué.

Un TAC no es una sola foto, sino cientos de «cortes» radiográficos que un ordenador reconstruye en una imagen 3D de altísimo detalle. Permite detectar patologías que serían invisibles en una placa simple. Por tanto, la pregunta no es «¿cuántos TACs son demasiados?», sino «¿está este TAC justificado?». Si la información que va a proporcionar es vital para su diagnóstico o tratamiento, el beneficio supera con creces un riesgo estadístico que, aunque real, es muy bajo.

Infografía visual comparando dosis de radiación entre diferentes pruebas médicas

La clave, amparada en el principio ALARA (As Low As Reasonably Achievable), es que su médico debe solicitar la prueba que implique la menor dosis posible pero que ofrezca la información necesaria. A veces será una ecografía, otras una resonancia, y otras, inevitablemente, un TAC. Su rol como paciente informado es asegurar que esta decisión se toma conscientemente.

Embarazo y Rayos X: ¿cuándo es seguro hacer una radiografía y cuándo está prohibido?

La combinación de las palabras «embarazo» y «rayos X» genera una alarma inmediata, y con razón. La protección del feto es una prioridad absoluta. Sin embargo, es fundamental sustituir el pánico por información precisa. La regla general es la máxima precaución: se debe evitar toda radiación ionizante en el abdomen de una mujer embarazada a menos que sea estrictamente indispensable para la salud de la madre. Pero «evitar» no siempre significa «prohibir».

El riesgo para el feto depende de dos factores: la dosis de radiación y la etapa de la gestación. Las pruebas que no irradian el abdomen directamente, como una radiografía dental, de tobillo o incluso de tórax (con la protección abdominal de plomo), suponen una dosis fetal despreciable, muy por debajo de cualquier nivel considerado de riesgo. Como referencia, la comunidad científica aporta datos tranquilizadores.

En término generales se ha establecido que no existe evidencia de riesgo aumentado de anomalías fetales, retardo mental, restricción de crecimiento, o pérdida del embarazo a consecuencia de dosis de radiación ionizante menor que 50 mGy.

– Sociedad Chilena de Radiología, Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología

Para ponerlo en contexto, un TAC abdominal podría acercarse a este umbral, pero una radiografía simple está órdenes de magnitud por debajo. Por ello, un TAC pélvico o abdominal está, en la práctica, contraindicado durante el embarazo salvo en situaciones de vida o muerte, y siempre se buscarán alternativas como la ecografía o la resonancia magnética. La comunicación es vital: informe siempre a su médico y al técnico de radiología si está o sospecha que podría estar embarazada. Es un protocolo de seguridad estándar, pero su confirmación activa es la mejor protección.

Resonancia abierta o cerrada: ¿pierde calidad de imagen si elige la máquina abierta?

Frente al mundo de los rayos X, la Resonancia Magnética (RM) emerge como una poderosa aliada, especialmente para pacientes crónicos que requieren seguimientos frecuentes. Su principal ventaja es categórica: la RM no utiliza radiación ionizante. Funciona mediante potentes imanes y ondas de radio para generar imágenes increíblemente detalladas, sobre todo de los tejidos blandos (cerebro, músculos, tendones, órganos). Esto responde a una duda frecuente: la resonancia es, desde el punto de vista de la radiación, completamente segura y se puede repetir cuantas veces sea necesario.

Sin embargo, la RM presenta otro desafío: el túnel estrecho y ruidoso de la máquina cerrada, que puede ser una experiencia muy difícil para personas con claustrofobia. Aquí es donde surge la opción de la resonancia magnética abierta. Estas máquinas, en lugar de un túnel, tienen un diseño con amplias aperturas laterales, reduciendo drásticamente la sensación de encierro. Pero, ¿se sacrifica calidad? La respuesta es: depende. La potencia de un imán de RM se mide en Teslas (T). Las máquinas cerradas suelen ser de alto campo (1.5T o 3T), ofreciendo una mayor resolución de imagen, crucial para diagnósticos muy finos. Las máquinas abiertas tradicionalmente eran de bajo campo (menos de 1T), lo que podía afectar a la calidad en ciertos estudios complejos. No obstante, la tecnología avanza y ya existen máquinas abiertas de alto campo que minimizan esta diferencia.

La elección depende del estudio. Para una rodilla o un hombro, una RM abierta puede ser perfectamente adecuada. Para un estudio neurológico complejo, su médico podría insistir en una máquina cerrada de 3T. La decisión debe ser un diálogo: exponga su ansiedad al médico. A veces, una sedación ligera en una máquina cerrada es mejor opción que una imagen de menor calidad en una abierta. A continuación, un cuadro comparativo para aclarar las diferencias fundamentales entre las técnicas de imagen más comunes.

Comparativa de Tecnologías de Imagen Diagnóstica
Característica TAC Resonancia Magnética Radiografía
Tecnología Múltiples haces de rayos X Campo magnético e imanes Un único haz de rayos X
Radiación Sí (alta dosis) No Sí (baja dosis)
Duración 5-10 minutos 20-45 minutos Segundos
Precio aproximado Desde 79€ Alrededor de 100€ Desde 20€
Mejor para Huesos, hemorragias, tumores Tejidos blandos, columna, articulaciones Fracturas óseas simples

Ultrasonidos inocuos: por qué la ecografía es la reina de la seguridad en imagen?

Si la resonancia es la gran alternativa para los tejidos blandos, la ecografía (o ultrasonido) es la campeona indiscutible de la seguridad y la primera línea de defensa en muchísimos escenarios diagnósticos. Su principio de funcionamiento es radicalmente diferente al de los rayos X: no hay radiación de ningún tipo. La ecografía utiliza ondas de sonido de alta frecuencia, inaudibles e inocuas, que rebotan en los órganos internos para crear una imagen en tiempo real.

Esta ausencia total de riesgo la convierte en la técnica de elección para las poblaciones más vulnerables: embarazadas y niños. Es la prueba que permite ver el desarrollo del feto mes a mes sin ninguna preocupación. De hecho, en España, esta seguridad se ha integrado en los protocolos clínicos más exigentes. Por ejemplo, los protocolos de urgencias pediátricas priorizan la ecografía como primera herramienta diagnóstica ante un dolor abdominal infantil. Solo si la ecografía no es concluyente, se plantea realizar un TAC, reduciendo así drásticamente la exposición a la radiación en los más pequeños. La diferencia es abismal: un 0 mSv de radiación en ecografías frente a los 10-20 mSv que puede suponer un TAC abdominal pediátrico.

Profesional médico realizando ecografía abdominal en ambiente hospitalario moderno

Además de segura, la ecografía es versátil, accesible y relativamente económica. Es excelente para visualizar órganos abdominales (hígado, riñones, vesícula), el sistema vascular (ecografía Doppler), el corazón (ecocardiograma) y partes blandas como la tiroides o los testículos. Su principal limitación es que el sonido no atraviesa bien el hueso ni el aire, por lo que no sirve para estudiar el interior del cráneo en adultos, los pulmones o los huesos.

Para usted, como paciente crónico, la ecografía es una aliada fundamental en el seguimiento de muchas patologías, permitiendo revisiones periódicas sin añadir ni un solo milisievert a su historial radiológico. Siempre que sea una opción diagnóstica viable, es la que se debe priorizar.

Beber agua tras el contraste: por qué es vital para proteger sus riñones después de un TAC?

Muchas exploraciones por TAC requieren la administración de un «contraste», habitualmente un compuesto a base de yodo inyectado por vena. Este líquido hace que los vasos sanguíneos y ciertos órganos brillen en las imágenes, proporcionando una información diagnóstica de valor incalculable que de otro modo sería invisible. Sin embargo, este contraste debe ser eliminado del cuerpo, y el órgano encargado de esa tarea es el riñón. Aquí nace una preocupación común: ¿puede el contraste dañar mis riñones?

En la gran mayoría de los casos, la respuesta es no. En pacientes con una función renal normal, el riesgo de desarrollar una complicación llamada nefropatía inducida por contraste es muy bajo. De hecho, los datos indican que menos del 2% de los pacientes con riñones sanos la desarrollan, y suele ser leve y transitoria. El protocolo estándar antes de administrar contraste es, precisamente, verificar su función renal con un simple análisis de sangre (creatinina). Si los niveles son correctos, la prueba se considera segura.

Aclarado esto, entra en juego la recomendación más importante que recibirá tras la prueba: «beba mucha agua». No es un consejo banal, es una instrucción médica crucial. La hidratación intensa (entre 1.5 y 2 litros de agua en las 24 horas siguientes) tiene un doble objetivo. Primero, diluye el contraste en el torrente sanguíneo, reduciendo su concentración al pasar por los delicados filtros del riñón. Segundo, aumenta la producción de orina, acelerando la eliminación del compuesto del organismo. Es un mecanismo simple y tremendamente efectivo para proteger sus riñones.

Es importante aclarar una confusión común: la radiación del TAC no se «queda» en el cuerpo ni se «elimina» bebiendo agua. La exposición a los rayos X es instantánea y cesa en cuanto la máquina se apaga. Lo que se elimina con la hidratación es la sustancia química del contraste. Por tanto, siga esta recomendación a rajatabla; es la medida más importante que puede tomar para garantizar que el procedimiento sea seguro de principio a fin.

Biopsia líquida: ¿es ya una realidad fiable para detectar cáncer con un análisis de sangre?

En la búsqueda constante de métodos diagnósticos menos invasivos, la biopsia líquida ha surgido como una de las promesas más emocionantes, especialmente en oncología. La idea es revolucionaria: detectar y monitorizar un cáncer a través de un simple análisis de sangre, analizando fragmentos de ADN tumoral que circulan en el torrente sanguíneo. Para un paciente que se enfrenta a la perspectiva de TACs de seguimiento cada pocos meses, la posibilidad de sustituirlos por un análisis de sangre es, comprensiblemente, muy atractiva.

La pregunta es si esta promesa es ya una realidad clínica fiable. La respuesta actual es «sí, pero con matices importantes». La biopsia líquida ya no es ciencia ficción; se está utilizando en la práctica clínica en España, pero su rol principal, por ahora, no es el diagnóstico inicial. Su mayor fortaleza reside en la monitorización del tratamiento y la detección de recidivas. Permite ver si un tumor está respondiendo a una terapia o si ha desarrollado resistencias, a veces meses antes de que los cambios sean visibles en un TAC.

Estudio de Caso: Implementación de la biopsia líquida en centros de excelencia españoles

Centros de vanguardia como el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) en Barcelona son pioneros en la aplicación de la biopsia líquida. En su práctica diaria, la utilizan con éxito para guiar decisiones terapéuticas en pacientes con cáncer de pulmón y de colon. Por ejemplo, si detectan en sangre una nueva mutación que confiere resistencia a un fármaco, pueden cambiar el tratamiento de forma proactiva. Sin embargo, para el diagnóstico inicial de un tumor primario o para la estadificación (ver la extensión de la enfermedad), el TAC y el PET-TAC siguen siendo, a día de hoy, los estándares de oro insustituibles por su capacidad de mapear anatómicamente todo el cuerpo.

Por lo tanto, la biopsia líquida no va a reemplazar sus TACs de seguimiento a corto plazo, pero sí es una herramienta complementaria de un valor inmenso. Representa un paso hacia una oncología más personalizada y dinámica, capaz de adaptarse en tiempo real a la evolución de la enfermedad. Es una tecnología en la que hay depositadas enormes esperanzas y que, sin duda, seguirá ganando terreno en los próximos años, reduciendo progresivamente la dependencia de pruebas de imagen con radiación en ciertos contextos del seguimiento oncológico.

Cómo prepararse para un chequeo médico exhaustivo sin alterar los resultados?

La preparación para una prueba médica suele centrarse en el corto plazo: ayuno, beber agua, etc. Sin embargo, para un paciente crónico, la preparación más importante es a largo plazo y tiene que ver con la información. La mejor manera de garantizar que cada nueva prueba sea segura y pertinente es tener un control absoluto sobre las que ya se han realizado. Aquí es donde entra en juego el concepto de «pasaporte radiológico» personal, una herramienta que le convierte en el gestor activo de su historial de exposición.

Crear este pasaporte no es complicado, pero requiere ser metódico. Consiste en llevar un registro detallado de cada prueba de imagen con radiación ionizante (rayos X, TAC, mamografía, PET) a la que se ha sometido. Anote la fecha, el tipo de prueba y, si es posible, la dosis recibida (una información que tiene derecho a solicitar). En la era digital, esto es más fácil que nunca. Los portales de salud de las Comunidades Autónomas (como La Meva Salut en Cataluña o ClicSalud+ en Andalucía) le dan acceso a su historial. Llevar este registro a cada consulta es fundamental.

Documentos médicos organizados junto a tablet mostrando portal de salud digital

¿Por qué es tan importante? Porque el mayor riesgo en radiología no es una única prueba, sino la repetición innecesaria de exploraciones. Si usted cambia de especialista o acude a urgencias en un hospital diferente, su pasaporte radiológico informa al instante al médico de que ya se le hizo un TAC torácico hace tres meses, evitando quizá una repetición innecesaria y una dosis extra de radiación. Este simple acto de documentación le sitúa como un colaborador esencial en la aplicación del principio de justificación. Para poner la dosis en contexto, la radiación natural promedio en España es de alrededor de 1.6 mSv al año, una cifra que su pasaporte le ayudará a comparar con sus dosis médicas.

Su plan de acción para crear el pasaporte radiológico personal

  1. Acceso y recopilación: Ingrese en el portal de salud digital de su Comunidad Autónoma. Busque la sección de informes o historial clínico y descargue todos los informes de pruebas de imagen (Rayos X, TAC, Mamografía, PET).
  2. Creación del registro: Cree un documento simple (digital o en papel) con columnas: Fecha de la prueba, Tipo de prueba (ej: «TAC Abdominal con contraste»), Hospital/Clínica, y Médico solicitante. Anote cada prueba.
  3. Solicitud de dosis: En su próxima prueba, solicite al servicio de radiología o a su médico que le faciliten la dosis de radiación (DLP o mSv) del estudio y añádala a su registro. Es su derecho.
  4. Presentación sistemática: Lleve siempre este documento a cualquier consulta médica, especialmente con nuevos especialistas o en servicios de urgencias. Preséntelo activamente: «Le traigo mi historial de pruebas de imagen».
  5. Diálogo proactivo: Ante una nueva solicitud de TAC, use su pasaporte para preguntar: «¿Esta nueva prueba aporta información adicional a la que ya tenemos de hace X meses? ¿Hemos considerado alternativas?».

Puntos clave a recordar

  • El riesgo radiológico no se debe medir por la «acumulación», sino por la justificación de cada prueba individual. El beneficio de un diagnóstico correcto casi siempre supera el bajo riesgo estadístico.
  • Usted es un socio activo en su seguridad. Crear y mantener un «pasaporte radiológico» personal es la herramienta más poderosa para evitar pruebas repetidas e innecesarias.
  • Siempre que sea posible desde el punto de vista diagnóstico, se deben priorizar las alternativas sin radiación ionizante, como la ecografía y la resonancia magnética.

Informe de 50 páginas: cómo traducir los datos técnicos en un plan de acción real?

Recibir el informe de un TAC o una resonancia puede ser abrumador. Decenas de páginas llenas de terminología técnica, descripciones anatómicas detalladas y mediciones milimétricas. Es fundamental comprender que este informe no está escrito para usted, sino para otro médico. Es un documento de comunicación entre especialistas. Su propósito es describir de forma exhaustiva y objetiva todo lo que el radiólogo observa en las imágenes.

Intentar descifrar cada línea es una fuente segura de ansiedad y confusión. Términos como «hipodenso», «realce heterogéneo» o «adenopatía de aspecto reactivo» pueden sonar alarmantes fuera de contexto. Su tarea no es convertirse en radiólogo, sino saber dónde encontrar la información que realmente importa. En la mayoría de los informes, esta se concentra al final, en una sección llamada «Impresión Diagnóstica» o «Conclusión». Aquí es donde el radiólogo sintetiza sus hallazgos y los traduce en un diagnóstico probable o una serie de posibilidades. Este es el párrafo que su médico utilizará como base para tomar decisiones.

Aun así, puede que el diagnóstico no sea claro o que usted se sienta inseguro con el resultado. En este punto, es crucial que conozca sus derechos. En España, el Sistema Nacional de Salud garantiza el derecho a una segunda opinión médica para enfermedades graves o de diagnóstico complejo. El proceso se solicita habitualmente a través de su médico de atención primaria o especialista, quien tramitará la petición para que otro experto revise sus pruebas y emita un nuevo informe. Es un mecanismo de seguridad valioso que aporta tranquilidad y puede confirmar o matizar un diagnóstico inicial.

Su plan de acción real no viene de traducir el informe usted solo, sino de tener una conversación informada con su médico. Acuda a la consulta con el informe, señale la sección de «Conclusión» y haga preguntas directas: «¿Qué significa esto para mi tratamiento? ¿Cuáles son los siguientes pasos? ¿Este hallazgo es preocupante?». La combinación de la conclusión del radiólogo y la interpretación clínica de su médico es lo que convierte esos datos técnicos en un plan de acción concreto.

Su implicación activa es el factor más determinante para su seguridad y tranquilidad. Comience hoy a construir su pasaporte radiológico y transforme cada consulta en un diálogo entre expertos: su médico, con su conocimiento clínico, y usted, como el mayor experto en su propio cuerpo e historial médico.

Preguntas frecuentes sobre Radiografías y TACs frecuentes: ¿cuánto riesgo de radiación es aceptable para su salud?

¿Qué significa ‘Técnica: cortes axiales de 5mm’ en mi informe?

Indica que las imágenes del TAC se tomaron en secciones horizontales del cuerpo con un grosor de 5 milímetros cada una, como si cortáramos el cuerpo en rebanadas finas para ver su interior.

¿Dónde encuentro la conclusión más importante del informe?

Busque la sección ‘Impresión Diagnóstica’ o ‘Conclusión’ al final del informe. Esta es la síntesis del radiólogo con los hallazgos más relevantes.

¿Tengo derecho a una segunda opinión radiológica en el Sistema Nacional de Salud?

Sí, en casos de enfermedades graves tiene derecho a solicitar una segunda opinión en muchas Comunidades Autónomas. Consulte el procedimiento específico en su centro de salud.

Escrito por Elena García Romero, Médico de Familia y especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública con 25 años de experiencia en el Sistema Nacional de Salud. Experta en geriatría, chequeos médicos integrales y navegación entre la sanidad pública y privada en España.