Anticipar y tratar para mantener una salud duradera

Un seguimiento médico adecuado es fundamental para preservar su salud a largo plazo. Al permitir un control regular de su estado general, ayuda a identificar las señales de alerta temprana de muchas enfermedades, que suelen ser asintomáticas en sus etapas iniciales. Mediante chequeos rutinarios y una comunicación constante con su médico, todos pueden beneficiarse de una atención personalizada, que tiene en cuenta su edad, estilo de vida y antecedentes familiares. Este seguimiento no se limita a la detección de enfermedades: también contribuye al bienestar general al incluir consejos sobre nutrición, actividad física y manejo del estrés. Al adoptar un enfoque preventivo, se convierte en una verdadera herramienta para el bienestar, que promueve una mayor esperanza de vida y una óptima calidad de vida.

Afectan al corazón y los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular.

Estos trastornos afectan al metabolismo y suelen provocar desequilibrios en el azúcar en sangre, las grasas o el peso.

Estas enfermedades alteran la función pulmonar y pueden dificultar la respiración a diario.

Estas enfermedades afectan al sistema nervioso y pueden afectar a la memoria, el movimiento o la coordinación.

Adoptar buenos hábitos alimenticios es fundamental para mantener una salud óptima. Al elegir alimentos frescos y variados, ricos en nutrientes esenciales, le proporcionas a tu cuerpo la energía que necesita para funcionar correctamente y, al mismo tiempo, fortaleces tu sistema inmunitario. Limitar los alimentos ultraprocesados, reducir los azúcares y las grasas saturadas, y priorizar la fibra, las vitaminas y los minerales no solo promueve el bienestar físico, sino que también ayuda a prevenir muchas enfermedades crónicas. Además, prestar atención al tamaño de las porciones y a la regularidad de las comidas ayuda a mantener un peso equilibrado y a evitar desequilibrios metabólicos. Finalmente, combinar estas elecciones alimentarias con una hidratación adecuada y la práctica regular de actividad física refuerza el impacto positivo de una nutrición saludable en la salud general.

Consiste en el uso de medicamentos específicos para tratar, controlar o prevenir la progresión de una enfermedad.

Consiste en la intervención física en el cuerpo para corregir, extirpar o reparar una anomalía o lesión quirúrgica especializada.

Incluye enfoques como la fisioterapia, la rehabilitación, la psicoterapia y los cambios en el estilo de vida para mejorar la salud sin el uso de medicamentos.