
La clave para manejar el dolor crónico no es solo suprimirlo, sino aprender a modular la respuesta de su sistema nervioso con un enfoque multimodal y activo.
- Técnicas físicas como la termoterapia o el TENS funcionan interrumpiendo las señales de dolor antes de que lleguen al cerebro (Teoría de la Compuerta).
- Estrategias mente-cuerpo como el mindfulness o la relajación progresiva entrenan al cerebro para cambiar la percepción y la vivencia del dolor, reduciendo el sufrimiento.
Recomendación: Comience por integrar una sola técnica de forma consistente, como la relajación antes de dormir o las micropausas en el trabajo, para construir un hábito sostenible y recuperar el control.
Vivir con dolor crónico es una batalla diaria que a menudo se libra en silencio. La sensación persistente, ya sea en la espalda, las caderas o el cuello, no solo agota físicamente, sino que también consume la energía mental. Como especialista en la Unidad del Dolor, entiendo perfectamente la preocupación principal de muchos de mis pacientes: el miedo a depender de analgésicos potentes y sus efectos secundarios, como la tolerancia o la adicción. De hecho, el dolor crónico es una realidad abrumadora; según datos recientes, casi el 27% de la población española sufre dolor crónico, convirtiéndola en una de las dolencias más extendidas.
La solución habitual, el tratamiento farmacológico, es a menudo necesaria y eficaz, pero no debería ser la única herramienta en nuestro arsenal. El enfoque moderno del manejo del dolor es multimodal. Pero, ¿y si le dijera que la verdadera clave no reside en «tapar» el dolor, sino en aprender a «dialogar» con su sistema nervioso? El objetivo de este artículo es ir más allá de los consejos genéricos. No se trata solo de aplicar calor o estirar; se trata de entender el *porqué* neurofisiológico detrás de cada técnica. Le proporcionaremos un botiquín de herramientas no farmacológicas, explicando el mecanismo científico que las respalda.
Aprenderá a modular activamente la señal de dolor, a destensar un cuerpo contraído por el malestar y a entrenar su cerebro para que sufra menos. Este es un cambio de paradigma: pasar de ser un paciente pasivo que toma una pastilla a ser un agente activo en la gestión de su propio bienestar. Juntos, exploraremos cómo puede recuperar el control y mejorar significativamente su calidad de vida, sin depender exclusivamente de los fármacos.
Para guiarle de forma clara y estructurada, hemos organizado este artículo en varias secciones prácticas. Cada una aborda una técnica específica, desde cómo usar correctamente el frío y el calor hasta cómo la ergonomía en el teletrabajo puede ser su mejor aliada. Comencemos a construir su plan personalizado.
Sumario: Guía completa para el manejo del dolor crónico
- Frio o calor: ¿qué poner en una lumbalgia aguda y qué en una contractura vieja?
- TENS en casa: ¿funciona realmente la maquinita de corrientes para bloquear el dolor?
- Dormir con dolor: qué almohada o postura alivia la cadera y la espalda por la noche?
- Relajación progresiva de Jacobson: cómo destensar el cuerpo cuando el dolor le contrae?
- Automasiage con pelota: técnicas para liberar puntos gatillo en casa
- Mindfulness contra el dolor: cómo entrenar el cerebro para sufrir menos sin pastillas?
- Aire acondicionado o ventana abierta: ¿qué temperatura garantiza un sueño profundo en verano?
- Cómo evitar la «joroba del informático» y el dolor cervical si teletrabaja 8 horas?
Frio o calor: ¿qué poner en una lumbalgia aguda y qué en una contractura vieja?
La termoterapia, el uso de frío (crioterapia) o calor (terapia termal), es una de las herramientas más accesibles y eficaces para el manejo del dolor, pero su éxito depende crucialmente de saber cuándo usar cada uno. La elección incorrecta no solo puede ser ineficaz, sino que a veces puede empeorar la situación. El principio científico detrás de esto se conoce como la Teoría de la Compuerta del Dolor. Imagine que las señales de dolor viajan por «carreteras» nerviosas hasta su cerebro. Estímulos como el frío o el calor intenso viajan por «autopistas» más rápidas, llegando antes al cerebro y «cerrando la puerta» a las señales de dolor más lentas. Por eso, tanto el frío como el calor pueden ofrecer un alivio casi inmediato.
La regla general es simple: frío para lo agudo, calor para lo crónico. Una lumbalgia aguda, un esguince o un golpe reciente (primeras 48-72 horas) cursan con inflamación. El frío provoca vasoconstricción, reduciendo el flujo sanguíneo, la hinchazón y el dolor agudo. Por el contrario, una contractura muscular vieja, rigidez o dolor artrítico sin inflamación activa se beneficia del calor. El calor produce vasodilatación, aumentando el flujo de sangre, oxígeno y nutrientes a la zona, lo que relaja los músculos y alivia la rigidez. Aplicar calor sobre una inflamación aguda sería contraproducente, ya que aumentaría la hinchazón.
Para una aplicación segura y efectiva, siga estas pautas:
- Para lumbalgia aguda (primeras 48-72 horas): Aplique una bolsa de gel fría o hielo envuelto en una toalla durante 15-20 minutos cada 2-3 horas. Esto ayuda a reducir la inflamación y tiene un efecto analgésico. Nunca aplique hielo directamente sobre la piel.
- Para contracturas crónicas: Use una manta eléctrica (calor seco) o tome una ducha caliente (calor húmedo) durante 20-30 minutos, hasta 3 veces al día. El calor húmedo suele penetrar más profundamente.
- Alternancia frío-calor (Baños de contraste): En algunas lesiones subagudas (después de las 72h), esta técnica puede estimular la circulación. Comience con 3 minutos de calor, siga con 1 minuto de frío y repita el ciclo 3 veces, terminando siempre con frío.
- Precauciones: No aplique calor en zonas con inflamación evidente (rojas, calientes, hinchadas) ni frío sobre áreas con mala circulación.
TENS en casa: ¿funciona really la maquinita de corrientes para bloquear el dolor?
La neuroestimulación eléctrica transcutánea, más conocida como TENS, es esa «maquinita de corrientes» que cada vez más pacientes utilizan en casa. Lejos de ser un placebo, es una terapia con una base científica sólida que forma parte del tratamiento multimodal del dolor crónico no oncológico en España. Su eficacia se explica, de nuevo, por la Teoría de la Compuerta del Dolor. Los electrodos del TENS, colocados sobre la piel cerca de la zona dolorosa, emiten pequeños impulsos eléctricos. Estas sensaciones de hormigueo viajan por fibras nerviosas gruesas y rápidas, «ganando la carrera» a las señales de dolor que viajan por fibras más finas y lentas. Al llegar primero a la médula espinal, «cierran la compuerta» e impiden que gran parte de la sensación dolorosa llegue al cerebro.
Además, a frecuencias más bajas, el TENS puede estimular la liberación de endorfinas, los analgésicos naturales de nuestro propio cuerpo. Por lo tanto, el TENS no cura la causa subyacente del dolor, pero sí ofrece una forma segura y no farmacológica de modularlo, reduciendo la necesidad de medicación y permitiendo una mayor funcionalidad en el día a día.
Caso de Aplicación: Abordaje en Unidades del Dolor
En el Sistema Sanitario Español, las Unidades del Dolor integran técnicas como el TENS de forma habitual. Los estudios confirman su eficacia, especialmente en dolor de tipo nociceptivo (como el de la artrosis) y mixto. Un paciente con lumbalgia crónica, por ejemplo, puede recibir una pauta de TENS para usar en casa, combinada con fisioterapia y educación sobre el dolor. Esto le permite gestionar los picos de dolor de forma autónoma, facilitando la adherencia al programa de ejercicios, que es la clave del tratamiento a largo plazo.

Como puede ver en la imagen, la colocación correcta de los electrodos es fundamental. Generalmente se sitúan a ambos lados de la zona de máximo dolor. Es crucial empezar con una intensidad baja e ir aumentándola gradualmente hasta sentir un hormigueo fuerte pero confortable, nunca doloroso. Las sesiones suelen durar entre 30 y 60 minutos y se pueden repetir varias veces al día. Consulte siempre a un fisioterapeuta o médico para que le indiquen la colocación y el programa adecuados para su tipo de dolor.
Dormir con dolor: qué almohada o postura alivia la cadera y la espalda por la noche?
El descanso nocturno debería ser un periodo de recuperación, pero para quien sufre dolor crónico, a menudo se convierte en una fuente de ansiedad y malestar. Una mala postura durante horas puede agravar la rigidez y el dolor matutino, creando un círculo vicioso. La clave para romperlo es la higiene postural del sueño, que se centra en mantener la columna vertebral en una posición neutra, sin tensiones ni torsiones indebidas. Cada tipo de dolor tiene su postura aliada y su enemiga.
Para el dolor lumbar, por ejemplo, dormir boca abajo es la peor opción, ya que fuerza la hiperextensión de la columna lumbar y obliga a girar el cuello. La posición fetal (de lado, con las rodillas ligeramente flexionadas) suele ser la más recomendada. Si el dolor es de cadera, dormir sobre el lado afectado puede ser insoportable, por lo que la posición supina (boca arriba) con un cojín bajo las rodillas puede descargar la articulación. El objetivo es siempre el mismo: usar almohadas y cojines de forma estratégica para sostener las curvas naturales del cuerpo y evitar que la gravedad genere puntos de presión.
Para facilitar la elección, hemos preparado una comparativa detallada de las mejores posturas según la localización del dolor. Esta tabla le servirá de guía rápida para experimentar y encontrar la posición que mejor se adapte a sus necesidades.
| Tipo de Dolor | Postura Recomendada | Apoyo Adicional | Postura a Evitar |
|---|---|---|---|
| Lumbalgia | Decúbito lateral (fetal) | Almohada entre rodillas | Boca abajo |
| Dolor de cadera | Supino con elevación | Almohada bajo rodillas | Lateral sobre cadera afectada |
| Cervicalgia | Supino con apoyo cervical | Almohada cervical específica | Múltiples almohadas apiladas |
| Ciática | Lateral con pierna superior flexionada | Almohada entre piernas | Sentado en cama |
No subestime el poder de una almohada bien colocada. Una almohada entre las rodillas al dormir de lado alinea las caderas y la pelvis, reduciendo la tensión en la zona lumbar y el nervio ciático. Una almohada cervical adecuada no es un lujo, sino una necesidad para mantener el cuello alineado con el resto de la columna. Experimente con diferentes grosores y firmezas hasta encontrar el soporte que le permita despertar con menos rigidez y más energía.
Relajación progresiva de Jacobson: cómo destensar el cuerpo cuando el dolor le contrae?
El dolor crónico no es solo una sensación física; es una experiencia que secuestra todo el cuerpo. Una de las respuestas automáticas al dolor es la contracción muscular defensiva. Esta tensión, mantenida en el tiempo, crea más dolor, rigidez y fatiga, alimentando un ciclo que parece no tener fin. Aquí es donde intervienen las técnicas mente-cuerpo, como la Relajación Progresiva de Jacobson. Este método no busca «ignorar» el dolor, sino enseñar al cuerpo a liberar activamente la tensión muscular. Como bien señalan los expertos, el abordaje debe ser integral.
El tratamiento del dolor crónico requiere la actuación de un especialista con experiencia en este campo, de la misma forma que es fundamental unos conocimientos específicos para el tratamiento de la enfermedad original.
– Sociedad Española del Dolor, Consejos y recomendaciones sobre el Dolor
La técnica de Jacobson es simple pero profunda. Se basa en el principio de que no se puede estar tenso y relajado al mismo timepo. Al tensar deliberadamente un grupo muscular y luego liberar esa tensión de golpe, el cerebro aprende a reconocer la diferencia entre ambos estados y a inducir la relajación a voluntad. Es un reentrenamiento neuromuscular. Para una persona con dolor crónico, que vive en un estado de tensión basal elevada, este método puede ser revelador, permitiéndole tomar conciencia de tensiones que ni siquiera sabía que tenía y aprender a desactivarlas.
Aquí tiene un protocolo básico adaptado para personas con dolor, que debe realizarse con suavidad y sin provocar dolor agudo:
- Preparación: Encuentre un lugar tranquilo y adopte una posición cómoda, sentado o tumbado. Cierre los ojos y realice 3 respiraciones profundas y lentas.
- Secuencia de tensión-relajación: Comience por los pies. Tense los músculos de los pies durante 5 segundos (sin llegar al calambre) y luego relájelos de golpe, sintiendo la diferencia durante 15 segundos. Continúe subiendo por el cuerpo: pantorrillas, muslos, abdomen.
- Tren superior: Siga con las manos (apretando los puños), antebrazos, bíceps y hombros (encogiéndolos hacia las orejas). Sea especialmente cuidadoso con el cuello, realizando los movimientos con suavidad si existe dolor cervical.
- Finalización: Una vez recorrido todo el cuerpo, permanezca 5 minutos en calma, respirando de forma consciente y disfrutando de la sensación global de relajación muscular.
La práctica recomendada es de dos sesiones diarias de 15-20 minutos, idealmente una por la mañana para empezar el día con menos rigidez y otra antes de dormir para facilitar el sueño. Con la práctica regular, notará que puede inducir la relajación muscular de forma más rápida y eficaz, incluso en momentos de estrés o pico de dolor.
Automasiage con pelota: técnicas para liberar puntos gatillo en casa
A menudo, el dolor muscular crónico no es difuso, sino que se concentra en «nudos» o bandas tensas dentro del músculo. En terminología clínica, estos se conocen como puntos gatillo miofasciales. Son zonas de contracción muscular persistente que pueden ser dolorosas al tacto y, lo que es más importante, pueden «irradiar» dolor a otras partes del cuerpo. Por ejemplo, un punto gatillo en el glúteo puede ser el causante de un dolor similar a la ciática que baja por la pierna. El automasaje con una pelota de tenis o una pelota específica de masaje es una técnica de liberación miofascial muy efectiva que puede realizar en casa.
La idea es utilizar la pelota y su propio peso corporal para aplicar una presión sostenida y profunda sobre estos puntos gatillo. Esta presión ayuda a «deshacer» el nudo, mejorar el flujo sanguíneo local y restaurar la longitud normal de las fibras musculares. Es una técnica que se integra perfectamente en los abordajes multidisciplinares modernos, complementando la fisioterapia y el tratamiento farmacológico.

Para la espalda, por ejemplo, puede colocarse de pie contra una pared con la pelota entre su espalda y la pared, y moverse lentamente hasta encontrar un punto doloroso. Una vez localizado, mantenga la presión durante 30-90 segundos, respirando profundamente, hasta que sienta que la tensión disminuye. Para la planta del pie, como se ve en la imagen, puede hacerlo sentado, rodando la pelota bajo el arco del pie. Es fundamental que la presión sea intensa pero tolerable. Si provoca un dolor agudo o punzante, debe disminuir la presión o cambiar de posición.
Avances en Neurofisiología: La Liberación Miofascial
Los enfoques actuales en fisioterapia, basados en los últimos avances en neurofisiología del dolor, promueven activamente las técnicas de autotratamiento. La auto-liberación miofascial con pelotas o rodillos permite al paciente tener una herramienta para gestionar el dolor miofascial, que afecta al tejido conectivo (fascia) que rodea el músculo. Al aplicar presión, no solo se actúa mecánicamente sobre el tejido, sino que también se envían señales al sistema nervioso que ayudan a reducir el «tono» o la tensión muscular basal, mejorando la movilidad y disminuyendo el dolor.
Mindfulness contra el dolor: cómo entrenar el cerebro para sufrir menos sin pastillas?
El dolor crónico tiene una dimensión emocional innegable. Vivir con dolor constante genera miedo, frustración y estrés, lo que a su vez sensibiliza aún más al sistema nervioso y amplifica la percepción del dolor. De hecho, las estadísticas son claras: estudios como el Barómetro del dolor crónico en España revelan que hasta un 22% de los pacientes con dolor crónico sufre depresión y un 27% ansiedad. El mindfulness, o atención plena, ataca directamente esta conexión dolor-sufrimiento, no intentando eliminar la sensación física, sino cambiando nuestra relación con ella.
El principio clave es la neuroplasticidad: la capacidad del cerebro para reorganizarse y crear nuevas conexiones neuronales a lo largo de la vida. La práctica del mindfulness entrena al cerebro para que responda al dolor de una manera diferente. En lugar de reaccionar con pánico y contracción (la respuesta de «lucha o huida»), aprendemos a observar la sensación con curiosidad y sin juicio. Esto no hace que el dolor desaparezca por arte de magia, pero sí puede reducir significativamente el «sufrimiento» que lo acompaña. Se trata de separar la sensación física pura (la nocicepción) de la capa de sufrimiento emocional que le añadimos.
Mindfulness y el Ciclo del Miedo al Movimiento en España
Especialistas españoles en dolor crónico explican que muchos pacientes caen en un ciclo de «kinesiofobia» o miedo al movimiento. El dolor les lleva a moverse menos, lo que provoca atrofia y rigidez, lo que a su vez genera más dolor al intentar moverse. Las intervenciones psicológicas como el mindfulness y la terapia cognitivo-conductual (TCC) son métodos seguros y sin medicación que rompen este ciclo. Al reducir los altos niveles de estrés fisiológico, que agravan el dolor, y al cambiar las creencias catastróficas sobre el mismo, el paciente gana confianza para volver a moverse. Programas como el MBSR (Reducción del Estrés Basado en Mindfulness) ya están disponibles en las principales ciudades españolas y han demostrado una gran eficacia en la mejora de la calidad de vida de estos pacientes.
Puede empezar con una práctica sencilla de 5 minutos: siéntese cómodamente, cierre los ojos y lleve su atención a la respiración. Cuando aparezca el dolor, en lugar de luchar contra él, simplemente nótelo. Observe sus cualidades: ¿es punzante, sordo, ardiente? ¿Cambia de intensidad? No intente cambiarlo, solo obsérvelo como un científico curioso. Al hacer esto, deja de identificarse con el dolor y pasa a ser el observador del dolor. Este simple cambio de perspectiva puede ser increíblemente liberador.
Aire acondicionado o ventana abierta: ¿qué temperatura garantiza un sueño profundo en verano?
La calidad del sueño y el dolor crónico están íntimamente ligados. Un mal descanso nocturno aumenta la sensibilidad al dolor al día siguiente, y el dolor, a su vez, dificulta conciliar el sueño. En un clima como el de España, el verano añade un factor disruptor: el calor. La pregunta sobre si es mejor el aire acondicionado o la ventilación natural no tiene una respuesta única, ya que depende del tipo de dolor y de la sensibilidad individual. Sin embargo, el objetivo es siempre el mismo: mantener una temperatura estable y confortable en el dormitorio, idealmente entre 18 y 21°C.
Las temperaturas extremas, tanto el calor como el frío, pueden ser perjudiciales. El calor y la alta humedad, típicos del verano mediterráneo, pueden empeorar dolores de tipo inflamatorio, como la artritis. Por otro lado, el frío directo de un chorro de aire acondicionado puede provocar rigidez muscular y agravar contracturas o dolores relacionados con la fibromialgia. La clave está en la moderación y el control del ambiente. El aire acondicionado es una herramienta excelente para bajar la temperatura general de la habitación, pero debe usarse de forma indirecta, sin que el flujo de aire incida directamente sobre el cuerpo. Muchos aparatos modernos incluyen un «modo sleep» que ajusta la temperatura gradualmente durante la noche, evitando un enfriamiento excesivo.
La ventilación natural abriendo una ventana es una buena opción si la temperatura exterior es agradable, pero puede ser problemática en zonas con alta humedad o si genera corrientes de aire. Un ventilador puede ayudar a mover el aire y crear una sensación de frescor, pero de nuevo, debe evitarse que el flujo sea directo y constante sobre una misma zona del cuerpo. A veces, la solución es una combinación: enfriar la habitación con el aire acondicionado antes de acostarse y luego mantener una temperatura suave durante la noche, o usar un ventilador a baja potencia en modo oscilante.
Puntos clave a recordar
- El dolor crónico se puede modular, no solo suprimir, a través de un rol activo del paciente.
- Técnicas físicas como el TENS y la termoterapia actúan sobre las «compuertas» neurológicas del dolor, ofreciendo alivio sin fármacos.
- La mente es una herramienta potente: el mindfulness y la relajación pueden entrenar al cerebro para cambiar la percepción y el sufrimiento asociado al dolor.
Cómo evitar la «joroba del informático» y el dolor cervical si teletrabaja 8 horas?
El teletrabajo ha traído flexibilidad, pero también ha disparado los problemas musculoesqueléticos asociados a una mala ergonomía. Pasar ocho horas o más frente a un ordenador en una silla de comedor o en el sofá es la receta perfecta para desarrollar la temida «joroba del informático» (hipercifosis dorsal) y el dolor cervical crónico. Esta postura, con la cabeza adelantada y los hombros encorvados, sobrecarga enormemente los músculos y las vértebras del cuello y la parte alta de la espalda. El impacto es tan real que, según informes, un 29% de los afectados por dolor crónico en España ha requerido baja laboral, y el sedentarismo del teletrabajo es un factor contribuyente.
La solución no es dejar de trabajar, sino aplicar una higiene postural activa. Esto se basa en dos pilares: una configuración ergonómica del puesto de trabajo y la introducción de micropausas activas. La ergonomía busca adaptar el entorno a usted, y no al revés. La regla de oro es la de los 90 grados: codos, caderas y rodillas deberían estar flexionados aproximadamente a ese ángulo. El monitor debe estar a la altura de los ojos para que no tenga que inclinar la cabeza hacia abajo, y los pies, firmemente apoyados en el suelo o en un reposapiés.
Sin embargo, ni la mejor silla del mundo puede compensar el estatismo. El cuerpo humano está diseñado para moverse. Por eso, las micropausas activas son cruciales. No se trata de parar de trabajar, sino de integrar pequeños movimientos y estiramientos a lo largo de la jornada para romper los patrones de tensión. Estos pequeños «reseteos» musculares previenen la acumulación de tensión y mejoran la circulación, siendo una de las estrategias más eficaces para prevenir el dolor a largo plazo.
Plan de acción: Protocolo de micropausas activas para teletrabajadores
- Cada hora: Póngase de pie y camine durante 2-3 minutos. Aproveche para ir a por agua o simplemente mirar por la ventana. Realice 5 rotaciones suaves de hombros hacia atrás y 5 rotaciones lentas de cuello a cada lado.
- Cada 2 horas: Realice una serie de estiramientos cervicales. Incline la cabeza hacia un hombro y mantenga 15 segundos, repita al otro lado. Haga lo mismo con una rotación y una retracción cervical (llevar la barbilla hacia atrás como «sacando papada»).
- A media jornada: Dedique 2 minutos a ejercicios de fortalecimiento isométrico. Coloque la mano en la frente y empuje con la cabeza contra la mano sin que haya movimiento, mantenga 10 segundos. Repita en la nuca y en los laterales.
- Revisión de la configuración: Verifique su postura. ¿La pantalla está a la altura de los ojos? ¿Sus codos forman un ángulo de 90 grados? ¿Sus pies están apoyados? Corrija lo que sea necesario.
- Final de la jornada: Realice 5 minutos de estiramientos globales para la espalda. Los ejercicios de «gato-vaca» en cuadrupedia y las torsiones suaves tumbado en el suelo son excelentes para liberar la tensión acumulada.
Adoptar esta rutina es una inversión directa en su salud a largo plazo. No espere a que aparezca el dolor para actuar. La prevención es la herramienta más poderosa que tiene a su disposición. Empiece hoy a construir su propio plan multimodal. Pequeños cambios consistentes son la clave para recuperar el control y mejorar su calidad de vida.
Preguntas frecuentes sobre el dolor crónico y su manejo
¿La temperatura ambiente afecta al dolor articular nocturno?
Sí, las temperaturas extremas pueden agravar el dolor. La humedad elevada, común en zonas costeras de España, suele empeorar dolores de tipo artrítico, mientras que el frío excesivo aumenta la rigidez muscular general. La temperatura ideal en el dormitorio para un descanso óptimo oscila entre 18-21°C, con una humedad relativa del 40-60%.
¿Es mejor el aire acondicionado o la ventilación natural para quien sufre dolor crónico?
Depende del tipo de dolor y la sensibilidad de la persona. Para condiciones como la fibromialgia, es crucial evitar las corrientes de aire directas, ya sean de una ventana o del aire acondicionado. En estos casos, se recomienda una climatización indirecta o utilizar el modo ‘sleep’ del aparato, que regula la temperatura de forma gradual y suave durante la noche.
¿Cómo preparar el dormitorio en un verano mediterráneo para minimizar el dolor nocturno?
La estrategia debe ser integral. Durante el día, use cortinas térmicas o baje las persianas para evitar que la habitación se sobrecaliente. Ventile a primera hora de la mañana y a última de la noche, cuando el aire es más fresco. En zonas costeras con alta humedad, considere el uso de un deshumidificador. Finalmente, opte siempre por ropa de cama de fibras naturales como el algodón o el lino, que son mucho más transpirables.